A

Alfonso Morcuende

re-new Orleans

Manifesto

All work is an act of philosophy

Photo by EgOiStE

En Julio de 1945, casi finalizada la Segunda Guerra Mundial, Vannevar Bush publicó en la famosa revista “The Atlantic” un artículo llamado “As we may think“. Probablemente el artículo más influyente en la evolución tecnológica del siglo XX. Bush, Ingeniero de formación, estaba jugando un importante papel en el desarrollo de la bomba atómica y sabía que el fin de la guerra estaba próximo. En su artículo expresó su preocupación por la dirección en la que la ciencia y los científicos deberían moverse tras la contienda: entendimiento y colaboración o desarrollos destructivos.

En su busca de ideas para un futuro mejor, “As we may think” teoriza sobre una máquina que almacenará de manera colaborativa la memoria científica conocida. Además permitiría acceder a su información en cualquier momento, de manera que sería posible encontrar mejores soluciones con ideas basadas en la información plena y el conocimiento. “As we may think” impresionó y afectó de manera profunda a las investigaciones y al trabajo de gente como Douglas Engelbart, Ted Nelson, Robert Kahn, Tim Berners-Lee, Michael Lesk, Nicholas Negroponte, Raj Reddy o Alan Kay.

El artículo de Bush predijo y en muchos casos inspiró tecnologías tales como los ordenadores personales, el hypertexto, Internet, la World Wide Web, el reconocimiento de voz y las enciclopedias online como la Wikipedia. Además “As we may think” unió a miles de científicos alrededor de un texto común que aspiraba a crear un mundo mejor a través de la tecnología.

Ese es el poder de los manifiestos que nos hacen soñar con un futuro diferente. Nos transforman. Pasamos de simples observadores de la realidad a creadores de una nueva. Los manifiestos expresan nuestros principios e intenciones. El mundo del diseño no es ajeno a este tipo de textos, solo por citar algunos:

Hoy en día estamos en la antesala de una nuevo salto. El diseño de productos y servicios está recibiendo la atención de las grandes empresas, como muestra la compra de Fjord por parte de Accenture. El foco está girando del Marketing y la tecnología al diseño como motor de negocio y nosotros, los diseñadores, vivimos el cambio sin terminar de entender las implicaciones de esta nueva realidad.

El beneficio empresarial es un objetivo digno y el buen diseño (Good Design) es la herramienta fundamental para su consecución. Pero existe la tentación de aplicar dudosas técnicas que convierten al diseño en una mera capa superficial que juega con la psicología y las emociones de los usuarios. Es en esos momentos cuando realmente se echa en falta una creencia compartida, un posicionamiento moral defendido por toda la profesión. En definitiva, un manifiesto.

El lema del MIT Media Lab fundado Nicholas Negroponte es “Inventing a better future“, su financiación en casi un 100% corre a cargo de compañías privadas que se benefician de sus investigaciones. Los científicos que trabajan en el MIT demuestran que además de generar patentes multimillonarias se puede soñar con un mundo mejor y fabricar un ordenador portátil para cada niño en el tercer mundo.

¿En qué están soñando los diseñadores de nuestra generación?