Camino de la oficina te encuentras con un “hombre blanco” con un mapa en la mano, te pide ayuda para llegar a ese lugar tan turístico cercano a tu oficina. Comienzas a indicarle la dirección que ha de tomar. Le dices el punto exacto del mapa en que se encuentra y hacia donde se ha de dirigir. Mientras habláis, unos tipos con un cartel pasan entre vosotros. Continuas con las indicaciones. Al terminar, te despides con una sonrisa de la “mujer asiática” a la has ayudado.

Si no entiendes como empezaste hablando con un “hombre blanco” y terminaste despidiéndote de una “mujer asiática“, te pediría que vieses este vídeo:

Fuente: Updating Our Understanding of Perception and Cognition: Part II

Lo que habéis visto es conocido como el “Door study“, realizado por Daniel Simons y Daniel Levin. En este experimento un 50% de la gente fue incapaz de detectar el cambio de interlocutor. Los humanos somos ciegos a ciertos cambios visuales.

Orientación a la tarea

La ceguera al cambio o “Change blindness” es el fenómeno psicológico que ocurre cuando se nos presenta un estímulo visual y nuestro cerebro no es capaz de detectarlo y transmitirlo a nuestra consciencia.

En este post quiero hablar de los rediseños. De la manera de abordarlos para que estos no sean traumáticos para nuestros usuarios. La ceguera al cambio, “Change blindness”, es el ejemplo perfecto de lo útil que resulta canalizar la atención en nuestros usuarios en procesos de rediseño.

Si somos capaces de diseñar sistemas orientados a tareas, podemos cambiar lo que ocurre alrededor de ellas sin perturbar la percepción de nuestros usuarios. La explicación es que los seres humanos solo retenemos la información que nos es relevante para la tarea que estamos realizando en ese momento y descartamos el resto.

Lo curioso es la cantidad de información que despreciamos. Lo ciegos que esto nos hace. Aquí, podéis ver otro divertido ejemplo de la ceguera al cambio.

Fuente: The colour-changing card trick

John Henderson y Tim Smith han usado la técnica de “eye-tracking” para analizar el motivo por el cual la gente es tan fácilmente engañada con este truco. Aquí tienes algunos de sus descubrimientos:

De rediseños y diseñadores

Solemos pensar que nuestros productos tienen ciclos de vida cerrados, sin comunicación entre una fase y la siguiente. Entonces, la experiencia de uso nace y se mantiene hasta que la siguiente reemplaza a la anterior.

Generalmente es el ego de los diseñadores con poder suficiente en las organizaciones los que empujan estos cambios totales o revoluciones. Suele ocurrir que la llegada de un nuevo diseñador elimina todo lo bueno que se había realizado anteriormente.

Como diseñador me siento profundamente tentado al cambio, al renacimiento, a la nueva ideación de sistemas. Pero he de confesar que desde hace tiempo prefiero la evolución sutil al cambio radical. Cuando nos quejamos de un rediseño, generalmente lo hacemos por la falta de coherencia con el anterior.

Existen revoluciones que nunca debieron de comenzar. No estoy hablando de revoluciones en experiencias de uso y diseños que no han funcionado. Hablo de sistemas en funcionamiento, en crecimiento y con usuarios realmente satisfechos con su experiencia de uso. Hablamos, como en los vídeos anteriores de sistemas enfocados a tareas, de usuarios que por culpa de un mal rediseño han perdido el foco en la tarea. Hablamos del nuevo iOS7.

Botones que pierden affordance, perdida de metáforas e inconsistencias en el lenguaje de los iconos, navegación menos intuitiva, botones que aparentemente desaparecen de los teclados, nuevas animaciones que desorientan a los antiguos usuarios…

El diseño no es una disciplina limitada a la planificación de la apariencia o la usabilidad de los objetos. Diseño es la búsqueda del objeto adecuado a producir y el plan adecuado de cómo producirlo.

¿Se buscó el mejor objeto a producir con el iOS 7? Probablemente no. Si hubiera sido así, el resultado habría sido una evolución y mejora de las buenísimas versiones anteriores. El resultado de dejar al frente y sin control al mejor diseñador del mundo fue el comienzo de una revolución de insospechadas consecuencias.