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Alfonso Morcuende

re-new Orleans

Placebo

False Affordances & Curious Behaviors

Son las 3 de la mañana y no te puedes dormir. Estás cansado de dar vueltas en la cama y decides tomarte una pastilla para poder conciliar el sueño. Buscas en tu botiquín y encuentras dos tipos diferentes de cápsulas. Una es pequeña y de color rojo, la otra es de mayor tamaño y color azul. Tras leer el prospecto de ambas, confirmas que las dos tienen los mismos principios activos y en las mismas concentraciones. ¿Cuál te tomarías para dormir?

Si te tomas la pastilla roja de menor tamaño, dormirás menos horas y el sueño no será tan profundo. Por el contrario la pastilla azul te proporcionará más horas de sueño y un mejor descanso. Las expectativas que tenemos sobre las medicinas que tomamos afectan a su efectividad. El simple hecho de tomar una pastilla mejora los dolores de cabeza, dolores localizados y alteraciones del sueño. Este es el conocido efecto placebo.

Por una parte un mayor tamaño nos predispone a esperar un mejor resultado, pastilla más grande igual a pastilla más efectiva. Por otro lado, el color rojo es instintivamente asociado con peligro. Probablemente esto es así al ser el mismo color de la sangre. El color azul, sin embargo, provoca en nosotros un mayor grado de relajación que otros colores. Esto puede explicar la mayor efectividad de la pastilla azul. El mismo experimento funciona en todo el mundo… ¿Todo? ¡No! Un país poblado por irreductibles italianos resiste todavía y siempre a este experimento.

Podríamos relacionar la pasión italiana por su selección y el color azul (azurre en italiano) de tal manera que cuando un hombre italiano mira al color azul, su subconsciente automáticamente lo relaciona con el fútbol. Su condicionamiento cultural borra el efecto placebo del tranquilizador azul… quizá. Hoy quiero hablar del efecto placebo en nuestros objetos y productos.

 

False Affordance

Según la Wikipedia Afforndance es:

An affordance is a quality of an object, or an environment, which allows an individual to perform an action. For example, a knob affords twisting, and perhaps pushing, while a cord affords pulling.

Wikipedia

De la misma manera, un “False Affordance” es una aparente Affondance sin ninguna función real; es decir, el usuario percibe una posibilidad de acción en un objeto que en realidad NO existe. Dicho así no parece muy interesante, pero con un ejemplo se entenderá mejor.

Vivimos en un entorno rodeados de botones e interruptores. Presionas un interruptor y el timbre de la puerta suena, presionas otro y una botella de agua fresca cae de la máquina de refrescos. Este comportamiento es constante. A través de botones damos órdenes y nuestras órdenes son escuchadas e interpretadas. Cómo funcionan o las órdenes que transmiten no nos interesan, solamente estamos interesados en el resultado de nuestra petición.

Un “false affordance” sería la existencia de botones dispuestos de tal manera que dieran a entender que realizan una función, pero que NO la hicieran realmente. Estos botones son conocidos como “Placebo Buttons” y estamos rodeados de ellos.

Según un artículo publicado en 2008 por New Yorker, la mayoría de los botones para cerrar las puertas de los ascensores no funcionan. En algunos casos este botón se había roto hacía años, en otros este botón existía pero solo funcionaba a través de una llave utilizada por trabajadores de mantenimiento o por el personal de emergencia, otras veces la funcionalidad de cierre a través del botón no estaba incluida en el ascensor instalado y en la mayoría de los casos ni tan siquiera había cableado para conectar el botón. Conclusión: en un gran porcentaje de ascensores este botón no realizaba ninguna función.

Pero ¿cómo funciona este falso botón en nuestro cerebro? Al presionar el botón y pasados unos segundos la puerta se cerrará, lo tiene que hacer de todas formas. Tu cerebro activará el sistema de recompensa y su interpretación será que el sistema funciona correctamente a tu petición. Tu comportamiento se verá reforzado. En el futuro, con toda seguridad, continuarás presionando el botón para cerrar las puertas, es más, cuantas más veces lo presiones tu percepción del tiempo de cierre de las puertas será menor:

 

Elevator door close time graph

Fuente: Placebo buttons, false affordances and habit-forming

Dentro de nuestros sistemas los botones, controles, opciones, etc.. con “false affordance” pueden ofrecer una ilusión de control positiva. La utilización estratégica, según el contexto, de estos elementos mejoraría la calidad percibida de nuestros productos.

Otro ejemplo fantástico del efecto placebo y la sensación de control en objetos cotidianos son los botones para peatones en los semáforos. Hace ya tiempo que los ordenadores están a cargo de los semáforos en nuestras ciudades, pero hubo un tiempo en el que los pasos de peatones permitieron a los viandantes cambiar el estado de los semáforos de rojo a verde. La inmensa mayoría de esos botones no funcionan en la actualidad, pero sustituirlos o eliminarlos sería tan caro que los ayuntamientos los siguen manteniendo en su sitio aunque no sean operativos.

La sensación o ilusión de control es algo completamente natural en nosotros, por eso nos gusta pensar que tenemos la capacidad de influenciar en los resultados aunque en el fondo sepamos que es aleatorio. Por ejemplo, al jugar a los dados está comprobado que tendemos a arrojarlos más fuerte cuando queremos obtener un número mayor y más suave cuando queremos obtener un número más bajo. No importa que seamos conscientes de la imposibilidad de nuestros deseos, el efecto placebo y la sensación de control permanece.

Por este motivo quiero terminar esta entrada con algo alucinante que mejorará tu vida de la manera más tonta. Os presento “Placebo Button”. Entrad en este sitio, teclead lo que queráis que el botón cure y haced click sobre él. Todos sabemos que este botón no hará nada, pero decirme que no os invade una sensación placentera al clicarlo. It’s crazy. It’s science. It just might work.

Happy Mardy Gras!