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Alfonso Morcuende

re-new Orleans

Lean

Think big, start small, learn fast

El vibrador nació como instrumental médico destinado a tratar la “histeria” en mujeres. Esta era una enfermedad indefinida, entre sus síntomas estaban la ansiedad, irritabilidad dolores o cosquilleo en bajo vientre. Para recibir un diagnóstico de histeria bastaba con decirle al médico que se sufrían sueños eróticos.

Con estos síntomas, había una legión de mujeres que recibían tal diagnóstico y su posterior tratamiento. Este tratamiento consistía en la estimulación por parte del médico de la mujer hasta que se alcanzaba el estado de paroxismo histérico, lo que hoy se conoce como orgasmo. Por aquel entonces se creía que las mujeres no tenían orgasmos, estos estaban reservados a los hombres.

Fueron las quejas de los médicos, por la fatiga que les ocasionaba el tratamiento y sus pobres dedos doloridos lo que condujo a la aparición de los primeros modelos de vibradores.

Diferentes modelos, apariencias y tecnologías dieron como resultado diferentes formas a los primeros vibradores

 

 

La introducción de la electricidad en los hogares americanos a finales del siglo XIX supuso la desaparición del monopolio en el tratamiento de la histeria por parte de los doctores. En 1880 con más de una década de anticipación respecto a la invención de la plancha eléctrica o la aspiradora el doctor Joseph Mortimer Granville patentó el primer vibrador eléctrico. Se trata pues de uno de los primeros electrodomésticos que entraron en las nuevas casas electrificadas. Su éxito de ventas fue inmediato. Para mantener su aceptación social, el vibrador fue anunciado como “masajeador personal”.

De nuevo, diferentes interpretaciones y evoluciones que cambian de modelos y formas:

 

 

Tras la aparición del cine la aceptación social del vibrador desapareció. Junto con el cine comercial apareció el cine porno. En este tipo de películas se empezó a mostrar el uso real del vibrador. Con la misma fuerza con la que apareció en las casas de clase media, desapareció.

El vibrador paso a la clandestinidad hasta la década de los 70 cuando vivió un nuevo resurgimiento gracias al movimiento feminista. Betty Dodson conocidísima divulgadora sexual reivindicó su uso y disfrute. Betty influyó de manera determinante en la forma del moderno vibrador al declarar que el “Cadillac de los vibradores” era el masajeador de Hitachi conocido como “The Magic Wand“.

“The Magic Wand” se creó con la idea de liberar a sus usuarios de dolores musculares severos. Hitachi nunca pensó, ni diseño su producto para un uso erótico. Sin embargo es el vibrador más vendido y el más imitado.

Un nuevo salto en la evolución del vibrador:

 

 

Los productos evolucionan siguiendo las leyes de Darwin

¿Quién fue el creador del vibrador? Nadie. ¿Cuál era la idea que se plasma en el vibrador? Una cambiante. De instrumental médico a electrodoméstico casero y finalmente juguete erótico. ¿Quién diseñó la forma de un vibrador? La anatomía femenina, pero también una marca de electrodomésticos japonesa que estaba pensando en cuellos y espaldas doloridas, no clítoris.

La moral de cada época, la anatomía femenina, la tecnología disponible en cada momento fueron definiendo al moderno vibrador. Los productos nacen, crecen, cambian, algunos tienen éxito, otros desaparecen.

Las ideas son seres vivos sujetos a las leyes de supervivencia descritas por Darwin en “el origen de las especies“. Jonnie Hughes explica esta fascinante teoría en su libro “On the Origin of Tepees: The Evolution of Ideas (and Ourselves)“. Las ideas son “Memes” sujetos a principios evolutivos. Esta teoría de las ideas continúa y amplía los presupuestos científicos del biólogo Richard Dawkins, el filósofo Daniel Dennett o la psicóloga Susan Blackmore.

 

 

Lean Start-up

Ahora bajemos estos conceptos a algo más práctico. Si sabemos que los productos son algo vivo, algo que ha de adaptarse, mutar, evolucionar, etc… ¿No tendría lógica que nuestro proceso de creación, nuestra metodología, la organización de la empresa, funcionara como un ser vivo? Que cambiara y evolucionara en la misma dirección que tu producto.

El proceso de creación y desarrollo de una empresa en las grandes escuelas de negocio está “Cosificada”: Escribes un plan de negocio, encuentras la financiación, creas un equipo, produces un objeto, introduces el producto en el mercado y empiezas a vender tanto como puedas. En todo este proceso nunca aparecen las necesidades de los usuarios, ni tan si quiera un mínimo contacto con ellos.

El Lean Start-up está aquí para cambiarlo todo, en su metodología es más importante la experimentación que seguir un plan establecido. Para el lean, el estudio de los usuarios es más importante que las intuiciones y experiencia del CEO. La empresa tradicional plantea un producto cerrado con su clásico “Big design up front” frente al diseño iterativo y constante de un producto que nunca se da por cerrado o terminado.

Si vas a crear un producto piensa en él como algo vivo, compártelo pronto, se permeable a lo que piensan los demás, se flexible, no temas al cambio. La supervivencia de tu producto está en juego.

 

Fuentes